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El origen mítico de los Ngen se remonta a la creación del mundo Mapuche luego de la lucha de los pillanes. Los Ngen fueron generados por el Pu-am; quien quiso que los Ngen aseguraran el orden en la Ñuke Mapu, y así impidieran que una vez más se produjera un revuelo tan grande como el ocasionado por la batalla de los pillanes. Así los Ngen fueron destinados al Mapu (tierra) con el fin de preservar la vida y bienestar de la naturaleza silvestre y la interrelación correcta con el pueblo Mapuche. Con esta decisión, Pu-am quiso que cada espíritu cumpliera cada día con su camino y con cuanto el admapu había establecido para ellos. Es así, que al llegar los Ngen al Mapu, estos cumplieron su propósito como espíritus dueños de la naturaleza silvestre; cuya misión es cuidar, proteger, resguardar, controlar y velar por el equilibrio, continuidad, bienestar y preservación de los elementos a su cargo.
Cada Ngen reside en el interior de un elemento o parte de la naturaleza, y puede aparecer en su entorno inmediato. La presencia de la naturaleza virgen en su lugar de residencia es una condición necesaria para su existencia, destino y acción en la tierra mapuche. Los Ngen son seres animados, activos, con caracteres antropomorfos, zoomorfos y fitomorfos, que reciben órdenes solo del Pu-am y del pillán Antu.
Los Ngen circunscriben su acción exclusivamente al medio ambiente natural silvestre; y suelen interactuar con los hombres solamente cuando éstos intentan hacer uso del elemento natural a su cargo. En estos casos, como lo indica el Admapu, el hombre mapuche que accede al dominio de un Ngen debe entablar un diálogo respetuoso y afectuoso con él. Primero debe pedir permiso para ingresar a dicho dominio. Para utilizar algún elemento natural cuidado por el Ngen, el Mapuche debe justificar por qué necesita de dicho elemento y cuánto piensa extraer para cubrir sus necesidades inmediatas. Una vez obtenida la cantidad justa debe expresar su agradecimiento al Ngen; y, cuando se interactúa con el ngen fuera del ámbito de la propia reducción, es necesario entregarle un pequeño obsequio cumpliendo así con el principio tradicional de la reciprocidad. Este obsequio suele consistir, alternativamente, en algunas migas de pan, o bien granos de trigo y/o maíz, o alguna pequeña moneda, u cualquier otro obsequio.
Ngenechén (también conocido como Nenechén, Ngünechén, Nguenechén, Guenechén, Guinechén, Guinechena, Guienapun o Huenechen): |
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